Gustavo Attadia
Este 14 de Abril de 2016 que pasó, llegué a los 31 años de edad. Viví y vivo en la localidad de Caseros, en el partido de Tres de Febrero, hijo de unos padres a los que les debo la vida entera, que me inculcaron valores enormes..., y básicamente desde el `85 hasta hoy creo haber vivido en base a causa - lidades. Recuerdo desde chico tener siempre la misma actitud frente a algunas cosas, que nunca cambió. Por ejemplo, cuando algo se rompía, iba y lo desarmaba para arreglarlo: tenía 8 años y me encantaba desarmar aparatos electrónicos! Eso sí, la mayoría de las veces... quedaba desarmado. Con el paso del tiempo fui acercándome a distintas áreas de mi interés; quizá quién me conozca hoy no lo sepa, pero soy un fanático de la vida natural, de las plantas, la flora y la fauna. Llegué a tener una colección de más de 50 especies en mi casa, y coleccionaba libros de cuidado y desarrollo de especies de distintas plantas. Es al día de hoy que no puedo parar de reconocerlas por donde camine.
Más tarde, algo así como a los 9 o 10 años, me interesé mucho por todo lo que podía hallar por el establecimiento de mi papá: Papá estaba por esos años construyendo una nueva planta de procesamiento de plásticos (durante 35 años mi padre se dedicó a crear una empresa familiar de fabricación e impresión de envases plásticos que le dio trabajo a decenas de personas), así que durante principio de los 90 viví entre medio de máquinas automáticas de fabricación, construcciones edilicias, herramientas. Y las usaba todas! Me encantaba vivir eso, creo que investigué todas y cada una de las cosas que hacía mi viejo, quería aprender.
En esos años además era un loco por los recién llegados a Argentina, las consolas de "videojuegos". Recuerdo estar tratando de llegar a un mostrador de una casa de videojuegos gigante que había por el barrio de Devoto, porque papá me estaba por comprar el famoso "family game", que más tarde se convertiría en un Sega Génesis, en un Sega CD, o PlayStation... y así es que creé en una habitación de mi casa que no se usaba, en una especie de cueva del videojuego. Tenía parlantes por todos lados conectados con cables completamente desprolijos volando por los aires, un TV color de 21 del `88, y una cantidad enorme de juegos, y amigos que venían a la "cueva de gus". Más adelante en el tiempo, allá por el 96-97, se me dio la posibilidad de incurrir en la informática, y logré tener la primera conexión a Internet del barrio, una 56K del 97. Me convertí en el reparador de compus oficial de mi escuela, que no tenía técnicos al respecto; en ese momento tenía 12 años, y desde allí no paré más: Llegué a tener más de 8 computadoras, conectadas entre sí, las desarmaba y armaba a diario; tal era mi locura por este tema que llegué a crear una computadora de triple altura (sí, triple altura, 3 computadoras unidas), y me volví un fanático de la personalización, el mundo de internet al extremo, el hacking y la seguridad informática.
Llegado el año 2000, empecé la carrera de Técnico en Electrónica, primero en la Base de El Palomar, luego en el Instituto Leonardo Murialdo (PIO XIII), en dónde pasé unos 3 años inolvidables para mí. Quizá el doble turno, el ir a hacer deportes los sábado, y tener que crear un dispositivo electrónico propio desde cero, me grabaron a fuego. Aprendí mucho. Allí es que me comencé a hacer estudioso de la música, y lo relacioné a la electrónica: Me puse a fabricar amplificadores de audio en casa, hasta le metí uno a mi papá en su viejo Ford Sierra `87 (lo iba a hacer incendiar con lo que consumía eso).
Para el 2002 cerré mi historia y me recibí de Técnico Electrónico, me llevé la sorpresa por llegar a un promedio bastante bueno de 9, pero más allá de eso... no pude pensar demasiado porque a pesar de estar tan cansado de 3 años de no dormir, de no tener vacaciones... a los 18 años comencé la facultad.
Fue bastante duro para mí, ya que ingresé a la UTN en Ingeniería Electrónica, realicé el curso de verano y logré ingresar. Pero ese mismo año, sobre fin de año, mi propia rebeldía interna me hizo abandonar.
A partir de esos años asumí un poco más el control sobre mí, en esos años me creía medio loco porque era bastante "anti-sistema", un apodo que todavía me aplican!
A partir del 2003, y ya no siendo más un niño que daba vueltas por la fábrica de su padre, comencé a trabajar y a poner manos a la obra: me encantaba configurar maquinas, arreglar problemas eléctricos, estar en producción... pero a la vez, era muy vago. Me costó siempre levantarme a tiempo: ahí es cuando descubrí que cuando dependía enteramente de mí, no era tan fácil.
Con el correr de los años, entre 2005 y 2008, logré el título de Técnico Superior en Hardware y el de Técnico Superior en Redes Informáticas. En el 2009 ingresé nuevamente a la carrera de Ingeniería Informática, ahora ya en la UNTREF, localizada en Caseros, mi ciudad natal y actual.
Siguieron los años y en la fábrica me dediqué a Control de Calidad en la producción de envases, a producción en sí, a reparación electromecánica, electrónica, a facturación, y a barrer y limpiar. En estos años aprendí que el ser EMPRENDEDOR es la fase más importante de una vida. Uno aprende a tomar consciencia de que sos absolutamente responsable de tus actos, y que es necesario HACER cosas todo el tiempo. Y nadie va a estar ahí para decirte que debes hacerlo, por lo que es un desafío increíble.
A pesar de esta enseñanza grande de mis padres, siempre tuve mi indisciplina. Soy como cualquier otra persona, o diría, peor. Poco organizado, aunque estructurado y exigente en los detalles.
La historia se hizo bastante deducible después de esto: En el 2001 en Argentina se quebró la economía como nunca antes. Todo el período de tiempo desde mis inicios hasta hoy, fue penoso para mi casa y familia: Durante 20 años habíamos progresado, y ahora nos tocó caer y todo estuvo muy complicado. Las deudas nos aquejaron durante años y años, y mis padres estaban muy cansados de tanto pelear. Bancos, deudas, hipotecas, créditos, máquinas, problemas, gente, problemas, problemas, problemas.
Esa historia le puede sonar parecida a muchos, y es por eso que en los últimos años nos recargamos baterías y a empujar. Se logró levantar bastante a la querida empresa familiar, pero fue durante un día durante Mayo de 2013, que mi vida cambió.
Un amigo, a quién le voy a estar eternamente agradecido por esto y más, me mostró algo que creo ni él entendía mucho en ese momento, pero aun así, empezamos:
El primer año creamos un equipo enorme de personas, no entendíamos como había que hacerlo, pero lo hicimos. Conocimos a Eduardo Kunizawa, un gran mentor para nosotros, joven emprendedor que nos mostró una forma particular y futurista de hacer negocios. Y lo seguimos.
A Principios de 2014 decidimos alquilar una sala en Caballito, tras una reunión de equipo memorable en Caseros. Comenzamos pocos. En menos de 2 semanas estábamos llenando el lugar, y a los 6 meses decidimos cambiar de rumbo y apuntar a algo más. A principios de 2015 nos mudamos a un mega auditorio en San Telmo, con capacidad para más de 100 personas: En la reunión presentación inaugural me tocó presentar el negocio, dar la "Business Briefing", y no podíamos creerlo... llegaron 170 personas al lugar.
Mi amigo del que les hablé, Luciano Sanchez Parcker, mi querido hermano Alejandro Attadia, y toda una serie de personas Enormes que hoy quiero como amigos que son para mí, comenzaron este tornado que es imposible de parar: Empezamos a desplegar sobre Argentina un negocio que nadie ha desarrollado aún, con la capacidad de llegar a otros 53 países, y tratando el mayor problema mundial, el envejecimiento de la población. Con esa visión arrancamos, pero luego la afinamos.
Decidimos entonces transformarnos en algo más, y comenzamos a incluir la EDUCACIÓN como base de nuestro negocio. Durante 2015 fueron días duros para todos en Argentina, y no fuimos la excepción; a pesar de las dificultades, a principios del 2016 recibimos noticias gigantes de parte de NSE, teniendo ahora una base millonaria en importaciones, oficinas por abrirse en Capital Federal, y muchos proyectos más.
(Hago un paréntesis, me encanta viajar!!! Durante 2015 hice unos viajes increíbles: Pasé 25 días conociendo la Patagonia Argentina, en Octubre realizamos un viaje único a los Estados Unidos. Visitamos la Compañía Nu Skin Enterprises y estuvimos allí en Utah durante 7 días, compartiendo una casa con 12 empresarios increíbles de todo el mundo (EEUU, Japón, Brasil y Argentina). En el mismo viaje tuve la posibilidad de viajar a Las Vegas y a New York, por un total de 20 días increíbles. Comenzando este año estuve pasando 20 días en Brasil, y para fin de año planeamos volver a EEUU junto a mi novia Flor, mi hermano Alejandro y todo nuestro equipo.
Durante la estadía en UTAH, vivimos algo increíble durante la Convención Global: 20mil personas de todo el mundo de NSE en un mega estadio, compartiendo conocimiento y con una energía y emoción tremenda. Si querés conocer verdaderamente este negocio, tenés que estar ahí.)
Este 2016 me encuentra en un gran momento de mi vida. Algunos creen que pasar un gran momento es ser multimillonario, o quizá que no te falte nada. Pero nada más lejos: Mis 31 años me encuentran firme, porque gracias a este negocio aprendí a Luchar, me enderecé en la Disciplina, aprendí a escuchar más, aprendí que los problemas son pasajeros y que estamos para resolverlos, por más que te inunden y parezca que todo acaba. La victoria está cerca aunque no lo veas;
Este negocio me demostró que querer realmente es poder, desarrolló mi mente, mi relación con las personas, mi salud, mi enfoque, incrementó mi poder de investigación pero más que todo esto... me volvió un hombre nuevo.
Sé que falta mucho por delante, y tenemos mucho por hacer, por eso aquí mi compromiso: Mañana será mejor!